—¡Ah, ya sé! —Mariel rio, levantando la copa que él le ofrecía—. Pero ahora solo voy a ser tu socia y tu amiga, y si me sigues mirando así nadie se va a creer este matrimonio.
Leon se quitó el saco y la corbata y se soltó aquel primer botón de la camisa porque sentía que necesitaba estar cómodo para