PELEAR POR TI. CAPÍTULO 20. ¡Que sea lo que Dios quiera!
Adriana no tenía palabras. Su departamento era completamente diferente y si era honesta ya no había nada allí, absolutamente nada que pudiera evocar un recuerdo.
—Kyle qué es esto… ¿Tú…? ¿Tú mandaste a redecorar todo esto? ¿En un día?
—Soy