Sacó una mano de su cabello y acarició su mejilla, luego deslizó sus dedos por su cuello, el contorno de sus labios y la barbilla. La iba a llevar al límite de la locura y más allá, iba a hacerla gemir de placer hasta no poder más.
Mientras sus manos se deslizaban por su cuerpo con delicadeza, ella