Andrea sintió el choque de adrenalina cuando vio a Zack en aquel restaurante con Giselle. Ella iba demasiado elegante y no tardó ni un segundo en intentar restregarse contra Zack.
—¡Hija de su m...! —gruñó Andrea con impotencia—. ¡Es que la desgreño a la condenada!
—¡Ya, ya...! Vamos. —Chiara tiró