—¡No debemos olvidar, que la señora Brand no tiene ninguna estabilidad! —declaró mirándola con ojos malvados—. ¡Para empezar es la amante de su jefe! ¡El mismo jefe que fue a la cárcel hace dos noches por invadir la casa de mi cliente rompiendo puertas como si...!
—¡Objeción! —Se levantó Gazca—. Mi