Tenía fuerza, era una cachorrita minitoy pero tenía fuerza la condenada y Zack lo supo cuando ella tiró de la sábana y lo mandó al suelo.
—¿¡Por qué estoy desnuda, Zack Keller!? —gruñó con fiereza viéndolo asomarse al otro lado de la cama—. ¿No te alcanzó con tu calenturienta de anoche? ¿También te