Capítulo 32
Zack estaba contagiado con el espíritu Navideño, y aunque ya algunos creían que estaban muy grandes para esos juegos, nadie se atrevió a contradecir a la señora Luana. Se desperdigaron entre las cocinas de la mansión y Zack atacó la despensa de los dulces.

Adriana estaba más que feliz en los brazos
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