—Está bien... —susurró—. ¿Qué tengo que hacer?
Zack suspiró con alivio.
—¡Ahora toca entrenamiento! —exclamó—. Te invito a almorzar hoy y vemos los detalles.
¡Y vaya que había detalles que discutir!
Cuando Zack la llevó más tarde a un agradable restaurante y sacó la silla cortésmente para ella,