Al día siguiente cuando me desperté, me levanté de la cama, entre en el cuarto de baño para ducharme, una vez que ya termine, enrede una toalla en mi cuerpo, volviendo a mi dormitorio, me vestí y me marché hacia la cocina, necesitaba una taza de café para poder terminar de despertarme, cuando entre vi a Brigitte haciendo los desayunos.
— Buenos días ¿aún no se ha levantado David? — pregunte
— No señorita, ¿quiere una taza de café recién hecho? — me dijo
— Si por favor, necesito espabilarme, Brigitte aquí en Londres no sale mucho el sol ¿verdad? — le dije asomándome a la ventana de la cocina, viendo como las gotas de lluvia pegaban contra el cristal
— Ahora no Tanía, pero cuando salgas a la calle, serás tu la que ilumine todo Londres — escuche decir a David
— Que bonito, gracias mi amor — le dije acercándome a David, besando sus dulces labios
Después de desayunar los dos sentados en las sillas de la cocina, nos marchamos hacia el exterior de la casa
— Buenos días señores Anderson — nos