Cuando quiso darse cuenta volvió a encontrarse en el lecho de la casa. Con el azabache sobre él. Devorandolo. Restregándose contra su cuerpo. Ambos desnudos. Ardiendo. Bruscamente, sintió cómo lo colocó bocabajo.
-Ke-Keerd no…-
-Callate- ordenó Keerd que le apresó las manos por las muñecas con una suya. Notaba la boca del moreno recorrerme el cuello. Llenándolo de fieros besos.
-Keerd por favor no…-
-Yo soy el Alfa- gruñó, enfadado.
Sus piernas fueron separadas de forma brusca, haciéndole dar un grito ahogado. Pudo sentir el miembro de su esposo pasearse entre sus nalgas y presionarse en su entrada.
-Ke-Keerd no…-
Removiendose, impedía que ocurriera pero Keerd, ciego de deseo y furia a causa de verle con otra persona, aún sabiendo que estaba casada, no hacía caso. A punto de darle el golpe de gracia, Daylhan gritó:
-NOOO-
Fue inmediato. Keerd se paró. Consiguiendo salir de debajo de su cuerpo, Daylhan se dio prisa en vestirse. Co