28.
Daniel.
Los últimos días han sido un verdadero caos. El entrenamiento de los reclutas me exige cada vez más tiempo. El equipo Alfa también amerita de mi cuidado, y encima tengo a un club de imbéciles trastornados asechando a mi mujer. Ayer recibí más fotos de Clara, pero esta vez no parecían una amenaza sino más bien un aviso. Quiere que sepa que nos vigila. Me preocupara, pero él no lleva más de una década aprendiendo y creando estrategias con el fin de descubrir al asesino de su familia. Yo sí. Tampoco es que lo subestime, pero ya me he asegurado de que esta vez no me va a joder.
Quien en realidad me molesta es el otro imbécil; Lorenzo. Clara todavía no sabe de nuestro enfrentamiento en el campo de entrenamiento, y mentiría si dijera que quiero que se entere. Al payaso tampoco le conviene que Clara sepa que nos peleamos como animales de granja por ella. Creo que por eso no ha ido lloriqueando a contárselo.
Cualquiera en mi lugar ya se hubiera desecho de ese idiota, pero yo no, aun