“Ella es la mujer que amo”
Juanne y Missie acompañados de Helen y el niño llegaron al rancho. Era una emoción, ya casi olvidada para mamá Tulia, Eva y los demás trabajadores del rancho, la presencia de un chiquillo revoloteando por la casa grande y todo el rancho.
Missie seguía con sus tareas diarias. Se fue muy temprano a continuar con el laboratorio dentro de la misma alcaldía de la región.
Juanne andaba con su hermano de la mano enseñándole todos los alrededores de la casa y del rancho.
–¡Joan! ¡Joan! –gritaba Lorain detrás del chiquillo que correteaba.
Missie llegó temprano de su laboratorio en construcción y se encontró con aquél remolino en la entrada de la casa. Lo atajó y lo levantó en sus brazos.
–¡Hermana, hermana! ¡Ya llegó mi novia! –gritaba agitado mientras Missie lo volvía a colocar en el piso.
Todos los trabajadores que estaban cerca rieron junto a Lorain y Missie.
Juanne venía del hosp