Se le movió la garganta, y al final simplemente cerró los ojos.
Bianca sonrió triunfante.—Tío, no solo careces de fuerza, sino que además tienes la mente estrecha.
Cualquier hombre se molestaría si le decían que le faltaba vigor. Riley abrió de golpe los ojos, fijó la mirada en el hermoso rostro d