Ahora que su hermano preguntaba, probablemente Christopher aún no había llegado.
Bianca frunció el ceño, dudando si debía decirle a Dominic que el niño se había perdido, cuando su teléfono vibró en el bolsillo.
Lo sacó y vio un mensaje de Christopher:
—¿Dónde estás, tía?
El rostro de Bianca pali