Ximena:
—Bueno.
Justo en ese momento ella también iba al hospital para hacerse un chequeo; el repentino dolor en el corazón la tenía un poco desconcertada.
Simona le dio la dirección del restaurante a Ximena, quien recogió su bolso y dejó la empresa.
Diez minutos después, en Mesón del Sol.
Ximena y Simona se encontraron y entraron en el reservado.
Simona se sentó junto a Ximena y luego extendió la mano.
—Xime, mira esto.
Ximena levantó la mirada y vio el anillo en el dedo medio de Simona.
—¿Mariano te compró un anillo?
Simona sonrió dulcemente.
—Sí, dice que primero me va a atrapar, jeje.
Ximena suspiró en broma.
—Parece que voy a tener que preparar un sobre rojo, este sobre rojo no será pequeño...
Simona abrazó el brazo de Ximena.
—Oh, cualquier cantidad es un gesto de buena voluntad, siempre y cuando estés a mi lado.
Antes de que pudieran seguir hablando, sonó el teléfono de Simona.
Sacó su teléfono del bolso y vio que era una llamada de un número desconocido, frunció ligerament