Alejandro explicó con firmeza: 'No son mis hijos'.
Al oír esto, Liliana agarró la mano de Nicolás con fuerza y susurró:
—¡Mira, el papá malo no solo es malo sino también tonto!
Nicolás no dijo nada y se quedó mirando los labios de Alejandro, pensativo.
Don Ramón se puso rígido y preguntó:
—Entonces, ¿has hecho una prueba de ADN?
Alejandro estaba a punto de responder, pero Don Ramón lo interrumpió con desprecio:
—¡Nunca pensé que también tendrías días de astucia! Nicolás se parece tanto a ti, ¿y me dices que no son tus hijos?
Alejandro frunció el ceño molesto y dijo:
—¿Crees que el ADN puede cometer errores?
Don Ramón dio un sorbo a su café y respondió:
—Algunas personas temen que reclamemos la custodia y harán cosas para confundirnos. Por eso, he ordenado comprar una máquina de prueba de ADN para asegurarnos de si son o no descendientes de los Méndez.
¿Reclamar la custodia?
Alejandro entrecerró los ojos. ¿Podría ser que Ximena realmente haya manipulado los resultados de la prueba