Wilmer sonrió incómodo y dijo:
—Es imposible no tener miedo, pero si Liliana no tiene miedo, ¡yo también puedo acostumbrarme!
Mateo levantó el pulgar en señal de aprobación:
—¡Impresionante, Capitán Gómez!
Wilmer rio nerviosamente:
—La verdad es que tengo un motivo oculto.
—¿Qué? —preguntó Mateo confundido, mirando a Liliana.
¿Acaso el motivo oculto del Capitán Gómez era ganarse el corazón de Liliana?
Wilmer se rascó la nariz, mirando a Liliana con vergüenza:
—Liliana, seré franco contigo. No me gusta mentir. Esta noche, tu hermano me pidió que viniera a protegerte.
Al escuchar esto, Ximena y Simona, sentadas en el coche, se miraron sorprendidas.
Simona exclamó:
—¡Este Wilmer es demasiado directo! ¡Nicolás le da una oportunidad y él la desaprovecha así!
Ximena respondió:
—Sigamos escuchando.
En el teléfono, se oyó la voz de Liliana:
—Me lo imaginaba. De otra forma, no sería tan coincidencia que llegaras justo cuando yo.
La voz de Liliana era tranquila, pero sus ojos mostraban sorpresa