Nicolás dejó los documentos que tenía en la mano y preguntó:
— ¿Qué tal Liliana? ¿Te pareció agradable?
Wilmer soltó una risita y respondió:
— La verdad es que sí. Es justo mi tipo: alegre, vivaz, sencilla y directa.
Nicolás esbozó una sonrisa y comentó:
— Parece que te has enamorado de mi hermana.
— ¿Qué pasa? — preguntó Wilmer, arqueando una ceja — ¿Me la presentas pero no me dejas cortejarla?
— Yo no he dicho eso — aclaró Nicolás —. Si logras conquistarla, será mérito tuyo. Pero debo advertirte algo: a Fabián también le gusta mi hermana. Y a ella le gusta Fabián.
— Tú... — Wilmer frunció el ceño — ¿Me estás pidiendo que me meta en medio de ellos?
Nicolás respondió:
— Hasta donde yo sé, aún no están juntos.
— No es eso — replicó Wilmer con urgencia —. Si ya se gustan mutuamente, ¿para qué quieres que me entrometa? ¿Cuál es tu verdadera intención?
La mirada de Nicolás se volvió seria:
— Solo quiero que Liliana se dé cuenta de que algunas personas no son su mejor opción. Ella merece al