Mateo cedió: [Está bien, está bien. ¿Cuándo empezamos?]
Liliana: [No hay prisa. Te avisaré un día antes. Tú ve preparándote.]
Mateo: [De acuerdo.]
Después de responder, Liliana guardó el teléfono en su bolsillo y salió de la habitación.
Aún no había ido a ver cómo estaba Luciana desde que regresó, y no sabía si se sentía mejor.
Sin embargo, apenas salió de su habitación, se encontró con Nicolás.
Nicolás la miró:
—¿Ya volviste?
Liliana asintió:
—Nicolás, ¿te enteraste de lo que pasó hoy?
—¿Qué pasó? —Nicolás evidentemente no sabía nada.
Liliana tuvo que explicarle a Nicolás lo sucedido con Luciana.
Nicolás fue frunciendo el ceño gradualmente:
—Entonces, ¿la que vino a mi habitación hoy no era Luciana, sino el alma del tío Kerri que poseyó su cuerpo y la hizo entrar inconscientemente?
—Exacto —dijo Liliana—. No solo a ti, nos engañó a todos.
Nicolás se apoyó en la pared:
—Entonces, tú...
—¿Ibas a preguntarme qué haré ahora? —interrumpió Liliana—. No preguntes todavía, ya lo sabrán a su