Ximena se sintió avergonzada por los comentarios de Kerri. En estos últimos cinco años, realmente se había centrado en su trabajo y no había prestado suficiente atención a los asuntos de sus hijos. Como resultado, no sabía ni siquiera sus cuentas de redes sociales.
Ximena tocó su nariz y dijo:
—Kerri, ¿tienes a Nicolás como amigo en las redes sociales?
Kerri asintió y le pasó su teléfono a Ximena.
Ximena envió un mensaje que decía:
—Nicolás, ¿dónde estás? Por favor, respóndele a mamá.
Después de enviar el mensaje, Ximena tomó las llaves del coche.
Le dijo a Doña Alicia, que estaba visiblemente preocupada y sintiéndose culpable:
—Doña Alicia, voy a la comisaría de policía por un momento, no te preocupes.
Doña Alicia, con los ojos llorosos, respondió:
—Xime, es mi culpa por no cuidar bien a los niños.
Ximena intentó tranquilizarla:
—No es tu culpa, Doña Alicia. Los niños tienen sus propias ideas. Voy a investigar dónde podrían haber ido.
Luego, Ximena le dijo a Kerri:
—Kerr