Los Andersons y los Dumont

Ambos se quedaron viendo fijamente; la tensión se palpaba en el ambiente, era imposible que entre un par de extraños pudiera sentirse de tal manera pero entre ellos podía cortarse con un cuchillo. Su perfume lo tenía hipnotizado y, desde donde la veía, notó algunas cicatrices pequeñas en su pecho; bueno, no podía esperarse de una mujer de la mafia que tuviera su piel impoluta. Aún así era preciosa.

— Entonces, le daré mi respuesta mañana al anochecer.

Lianna le dio una sonrisa de boca cerrada y se alejó de él, a paso seguro y agitando un poco las caderas salió de su habitación y lo dejo sólo, en toalla y con un fuego ardiendo por su cuerpo difícil de nombrar.

***

Z city estaba en completa calma, para ser sincero no podía pedir más para esa noche; su  oscuro y un poco despeinado contrastaba con la luz de la luna en aquella habitación oscura, su piel morena relucía en sudor y algunas marcas resaltaban en su abdomen. Estaba reclinado en un sofá con l
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