Lo que en un principio fue paz ahora es catástrofe.
- ¡Vamos papá despierta! - Comenzó a decir una niña de cabello rizados y ojos verde esmeralda.
Sebastian se despertó, abrió sus ojos y se encontró con su hermosa hija dando saltos en la cama, el sol estaba resplandeciente e iluminaba toda la habitación.
- Hija, ¿Qué haces despierta tan temprano? - Comenzó a decir nuestro querido rey al mismo que se sentaba en la cama restregándose la cara con ambas manos.
- ¡Mamá ordenó a las mucamas que te despertasen! - Dijo y tras un último salto quedó sentada en la cama. - Pero me adelanté ¡Y vine a despertarte yo! - Culminó con una gran sonrisa en su cara.
Sebastian comenzó a reír y abrazó a su hija llenándola de besos por toda la cara.
- ¡Papáaaaa me llenas de saliva, es injusto! - Decía al mismo que reía y era víctima de los besos y abrazos de su padre.
Después de un rato, ambos padre e hija salieron caminando de la mano. Al salir de la habitación las mucamas comenzaron a reír al ver al