Capítulo 6. Ordenando las ideas.

Stephanie Miller.

Salí a toda velocidad desde el departamento, dejando a Matt enfurecido. Lo terrible de nuestra pelea, es que sé que él tiene razón.

Mi hermana siempre intenta arruinar todo lo bueno que puede ocurrir en mi vida. A menudo busca excusas para que nosotros peleemos.

Todas las discusiones que hemos tenido han sido por ella. No sé porque sigo cayendo por sus escusas cada vez que algo pasa y mi confianza hacia Matt se merma aún más.

Siempre quise tener una hermanita. Mi niñez fue muy solitaria. Matt ha sido mi amigo, mi compañero, mi todo. Sé que no debí pelearme con él por ella, ¡lo sé!

Pero una vez que entramos en modo pelea, ya no había vuelta atrás. Ambos somos demasiado testarudos, como para dar nuestro brazo a torcer. Son cosas que amamos el uno del otro.

Camino sin rumbo, inmersa en mis pensamientos, decidiendo que es lo que haré. Podría ir y encarar ahora mismo a Stella, pero me siento muy afectada por mi discusión.

Si la enfrentara ahora, solo permitiría herirme aun más de lo que ya lo ha hecho. Cada día que pasa, me pregunto porque mi hermana me odia.

Creo que el ser una hija nacida fuera del matrimonio, ha hecho que sea resentida.

Cuando supimos que tenía una hermana, yo tenía quince años y ella diez. Fue un gran escándalo en realidad, dado que ella venia de una familia promedio. Iba a la escuela pública, sus calificaciones no eran excelentes y no había nada en lo que ella destacara.

A pesar de todo, mamá la aceptó y cada vez que venía a la casa, nunca hizo diferencias entre las dos. Con los años vine a entender, lo noble que fue mi mamá.

Seguí caminando, hasta que llegué al parque donde conocí por primera vez a Matt. Automáticamente, mi enojo se disipó.

Suspiro mientras coloco mi mano en mi corazón, recordando lo que este lugar significa para nosotros.

Tomo mi celular con la intención de llamarlo y decirle que la pelea fue un error, cuando de repente, alguien me quita el teléfono de las manos. Levanto mi cabeza para observar al ladrón, cuando veo a Matt de pie frente a mí.

Sus ojos brillan de arrepentimiento mientras me dice, “no debí decirte esas cosas cariño. Tienes razón. No me corresponde.”

Yo suspiro, le sonrío y comienzo a llorar sin poder detenerme. Me cubro la cara sin querer que él me vea en ese estado.

Matt reacciona abrazándome, entregándome todo su amor. Me dice, “ya cariño, tranquila. Lo sé, lo sé. Ambos lo arruinamos.”

El llena con palabras el vacío que sentí en mi interior al no tenerlo. Me acaricia la cabeza y besa mi frente.

Logro tranquilizarme, luego de unos momentos de llanto intenso.

Luego le digo, “lo siento Matt. Sé que todo lo que dijiste es cierto. Sé que ella me odia y lo más probable es que este detrás de las llamadas que hemos recibido. Pero me siento obligada a tener que defenderla, sin importar que.”

Matt me mira con su mirada tierna y llena de amor, diciendo, “cariño, tu no estas obligada a nada. Fue tu papá quien tuvo su desliz.”

“Es él el que tiene que lidiar con ella, no tú. Tú has hecho tu parte. Has creado espacios en donde las dos puedan acercarse y es ella la que maliciosamente te aleja. La verdad amor es que no quiero verte sufrir. ¡No quiero que vuelva a herirte!”

Asiento a sus palabras, estando de acuerdo con todo lo que me dice.

Reflexiono por unos momentos cuando replico, “siento como si tuviera una deuda con ella. Me siento privilegiada por la vida que he tenido, en comparación a Stella. Y tienes razón. Mi padre es el que debe lidiar con ella. Debo dejar que tenga injerencia en mi vida.”

Matt me abraza más fuerte mientras dice, “¿Viniste aquí intencionalmente?”

Yo lo miro y le respondo, “No. Sali del departamento, sin rumbo fijo. Cuando volví a mis cabales, me di cuenta de que había venido para acá. Desconozco cuanto tiempo ha pasado, la hora que es. ¿Cómo supiste que estaría aquí?”

“No lo sabía,” me replica.

Luego añade, “una vez que te fuiste del departamento, me tomó diez minutos en calmarme. Después vi la cena que te preparé, las flores que dejaste en el suelo y supe que tenía que venir por ti.”

“A decir verdad, en el momento que te fuiste quise ir detrás de ti, rogando tu perdón. Pero quise calmarme primero, antes de aparecer delante de ti.”

Yo sonrío a sus palabras y le digo, “también yo amor. A penas salí del departamento, supe que lo había arruinado. Pero como estábamos en modo pelea, seguí adelante. Si no sabias que vendría para acá, “¿Por qué estás tú aquí?”

Él me sonríe divertido mientras dice, “supuse que vendrías aquí, dado a la historia de este lugar en nuestra relación.”

Asiento con satisfacción a sus palabras, mientras le digo, “¿Qué haremos con Stella?”

Matt reflexiona por unos momentos, luego responde, “¿de verdad quieres mi opinión?”

Yo lo miro a los ojos fijamente y luego le digo, “siempre quiero tu opinión Matt. Tú me haces ver las cosas desde otra perspectiva.”

Él me sonríe y me besa tiernamente. Coloco mis brazos, alrededor suyo e intensifico mi beso, queriendo sentirlo, añorando poder decirle con mis labios, cuanto lo siento.

Matt se detiene, me sonríe y termina besando mi frente. Luego añade, “no puedo seguir besándote así cariño. De lo contrario, la gente comenzará a mirarme de forma extraña.”

Yo inocentemente le replico, “¿a qué te refieres?”

Él se ríe divertido mientras me dice, “a que tus besos me excitan amor. Si continuamos así, pronto dejará de ser una película para todo público y se convertirá, solo para mayores.”

Instintivamente bajo mi mirada a sus pantalones y comienzo a reírme, entendiendo lo que él intentaba decirme. Asiento a sus palabras y le entrelazo mi mano con la suya.

Comenzamos a caminar, mientras él me dice, “volviendo al tema de Stella, creo que ya es hora de involucrar a tu padre. Las cosas se están saliendo de control y de verdad que no quiero que tengas que hablar con ella. Menos estando sola. Prométeme, cariño que no te enfrentaras a ella sola.”

Yo asiento a sus palabras y luego añado, “te lo prometo. No hablaré con ella estando a solas. Y tienes razón. Es hora de involucrar a papá.”

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