Capítulo 7. Noche de reconciliación.

Stephanie Miller.

Luego de que Matt me encontrara en el parque, volvimos al departamento a consumar la reconciliación y debo decir, que estuvo más apasionado que de costumbre. Me hizo acabar cinco veces seguidas y aún él tenía ganas de más.

Es algo tan maravilloso saber de qué a pesar del tiempo, aún nos podemos amar de diferentes formas y Matt… es un amante espectacular.

Cada vez que me hace el amor, me hace acabar de mil formas posibles, intentando siempre de que yo quede satisfecha antes que él.

Abro mis ojos perezosamente y veo la luz tenue que se cuela entre las cortinas. Desconozco la hora que es, pero solo me alegra saber que es fin de semana y no estoy de guardia.

Gimo a la realización de tener que levantarme, porque mi estomago suena y comienzo a estirarme en la cama, protestando.

Cuando de repente, siento que un par de manos cálidas, comienzan a acariciar mi cadera y continúan viajando hasta llegar a mi centro, en donde es tocado furtivamente.

Sonrío a la sensación que me provoca y me giro para poder observarlo y brindarle mejor acceso.

Me mira divertido mientras me dice con su voz ronca y llena de lujuria, “buenos días, señorita Miller. ¿Tiene hambre?”

Sonrío a su saludo, me muerdo mi labio mientras le digo coquetamente, “no te imaginas cuanta hambre tengo ahora. ¿y tú?”

Matt, sin dejar de tocar mi clítoris, se acerca a mi oído diciendo, “tengo un hambre voraz, pero no de comida.”

Sus palabras provocan que se me escape un gemido, y que mi centro se humedezca aún más para él. Matt me besa el cuello mientras introduce dos dedos en mi centro.

Gimo ante la intromisión, arqueando mi espalda. Dejo escapar el aire, cierro mis ojos y coloco mi pierna sobre su cadera, de modo que pueda llegar más adentro de mí.

Él se muerde su labio y busca los míos. Me besa impetuosamente mientras no deja de bombear mi coño. Gimo en su boca y entierro mis uñas en su espalda.

El gime más fuerte y me dice, “Wow, señorita Miller, pero ¡que húmeda está!”

Luego me gira rápidamente colocándose sobre mí. Abre mis piernas y sin previo aviso, me introduce su enorme polla hasta el fondo de mi centro, haciendo que grite de placer y me arquee ante la intromisión.

Comenzamos a movernos, cuando nuestra acción es interrumpida por el sonido incipiente de uno de los celulares.

Automáticamente me quedo inmóvil escuchando el sonido, mientras él me dice, “vamos querida, déjalo, ya se acabará.”

“Matt, sabes que podría ser importante.”

Sonrío y lo beso, mientras el sigue moviéndose, a lo que yo le digo, “basta, deja que iré a ver quién es.”

“¡No te vayas! Si es importante volverá a llamar, sino… pues, ya entiendes la idea.”

Me quedo quieta por unos momentos y comienzo a besarle, cuando el sonido cesa.

Luego de unos segundos, el celular suena aún más fuerte que la vez anterior. “Matt, anda a ver quién es!”

El suspira y se levanta cabreado diciendo, “que no lo dejen follar tranquilo a uno, ¡joder!”

Yo me quedo en la cama, riendo divertida ante la actitud infantil de mi amado prometido, mientras lo veo caminar con toda su desnudez en plenitud.

Luego, lo escucho contestar, “¿aló?” abre los ojos y me dice, “querida, tengo que contestar esto. Iré a mi oficina.” Yo asiento a sus palabras mientras suspiro.

Decido levantarme a regañadientes. Me coloco mi bata y me acerco a la cocina. Chequeo mi celular y veo varios mensajes y llamadas de Emily y Amelia.

Extrañada ante la cantidad inusual de llamadas y mensajes, decido comunicarme con Emily.

Suena dos veces y luego se escucha, “¡gracias a Dios que has contestado! ¿Dónde estabas? ¿Por qué no contestabas el teléfono y los mensajes que te enviamos?”

Frunzo el ceño ante la pequeña inquisidora que es mi amiga, mientras replico, “no contesté el teléfono, porque pasé la noche haciendo el amor desenfrenadamente con Matt. ¿Te parece que es una buena razón?”

Emily se pausa por unos momentos y luego dice, “Bien, si es buena razón. Pero lo que tengo que decirte es importante.”

“¿Qué ha pasado?” pregunto curiosa.

“Es tu hermana.” Dice Emily con una voz insegura.

Abro mucho mis ojos, mientras pregunto, “¿qué ha pasado con Stella?”

Emily suspira mientras me responde, sin rodeos, “anoche vino a parar a urgencias. Ha sido notoriamente golpeada. Tiene laceraciones en la cabeza y en el resto del cuerpo.”

“Según sus declaraciones, fue robada y golpeada. Dice que no abusaron de ella. Llegó aquí en la ambulancia. Aparentemente, fue encontrada inconsciente a las afueras de un callejón.”

“¡Mierda!”

“Sí, m****a… por eso te llamamos tanto Steph. Debes venir de inmediato. Tu padre está preguntando por ti diciendo que por qué no has sido tú la que ha curado sus laceraciones. Está emputecido.”

“Demonios, está bien. Iré para allá. Envíame el expediente para leerlo en el camino.”

“De inmediato. Nos vemos amiga.”

Cuelgo rápidamente, mientras paso mis manos por mi rostro, suspirando. Matt sale de su oficina y dice, “¿Por qué tienes esa cara? ¿pasó algo?”

Yo le respondo, “si, es Stella.”

Matt levanta una ceja, listo para contestarme, cuando yo replico rápidamente, “pero antes de que digas algo, está herida. Según Emily, fue robada, golpeada y dejada abandonada en un callejón. Debo ir al hospital. Papá está con ella.”

Veo como Matt abre mucho sus ojos y solo se limita a decir, “iré contigo. Dijimos que no te dejaría sola con ella. Sin importar que esté en el hospital.”

Yo asiento a sus palabras, sin tener ninguna intención de discutir y nos vamos al baño a darnos una ducha rápida.

Nos vestimos, sacamos unas frutas de la cocina y nos vamos a toda velocidad al auto. En el estacionamiento está esperándonos Taylor, listo con la puerta abierta para que ingresáramos al auto.

Nos subimos, cierra la puerta y rápidamente enciende el motor. Matt le dice, “al hospital metropolitano. Maneja rápido.”

Taylor simplemente responde, “si señor.”

El viaje tomó unos quince minutos, los cuales me sirvieron para poder leer el expediente y saber a qué me enfrentaré cuando llegue al hospital.

Matt me observa preocupado, pero no se atreve a preguntarme nada. Luego de terminar de leer el expediente, levanto mi cabeza y le digo, “¿Qué es lo que quieres saber?”

Matt sonríe diciendo, “¿Qué dice el expediente?”

“Básicamente señala el tipo de laceraciones encontradas en el cuerpo de Stella. La más grave es la de su cabeza, dada a la extensión de esta. Es como si la hubieran golpeado con la empuñadura de un arma. Pero hay algo que no me cuadra Matt.”

Él frunce el ceño mientras me pregunta, “¿Qué es lo que no te cuadra?

Pienso por un momento, mirando el techo del auto, mientras contesto, “la forma de la laceración. Para haber sido golpeada con eso, su atacante debió tomar el arma por el cañón, pero la herida pareciera estar al revés.”

“¿A qué te refieres querida?” pregunta Matt, visiblemente confuso.

Suspiro mientras le digo, “lo sabré cuando la examine, mi amor.”

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