David parecía un poco confundido sobre cómo, de repente, había comenzado a hablar de su relación con Luna. No pudo evitar sentirse frustrado y dijo:

—Esmeralda, te he dicho tantas veces que no es posible que haya algo entre nosotros. No tengo ninguna relación de ese tipo con ella, y jamás estaré con ella. ¿Por qué sigues mencionando que yo estoy con ella?

Mi respuesta instintiva fue: ¡Porque tú la amas de verdad!

Si en serio la amas, ¿por qué te importa tanto lo que pasó en el pasado?

Como decía mi mamá, en la historia siempre ha habido emperadores que se casaron con las esposas de sus hijos, ¿por qué él no podría hacerlo?

Me dijo que pidiera disculpas públicamente, que dijera que fui yo quien planeó la situación con Luna y su padre. Pero ¿que sería más creíble que él simplemente se casara con Luna, para así limpiar su reputación de mujer interesada?

Aunque lo pensé, no le dije nada de eso. Él no admitía que su verdadero amor era Luna, y se empeñaba en pensar que me amaba a mí, que sie