David bajó la mirada y, después de un rato callado, dijo:—De acuerdo, voy a revisar si es verdad eso y la voy a mandar a la cárcel.
Aunque se quedó en silencio un momento antes de decir eso, sentí que respondió demasiado rápido, demasiado seguro, no sonaba a él.
Conozco a David desde que éramos pequeños, sé que es alguien leal, sobre todo con los que siente que le deben algo.
Cuando supo toda la verdad, igual ayudó a Luna.
Ahora que Luna ya no está en nuestras vidas, tiene otra identidad y David ya no tiene nada que ver con ella, eso sí lo puede aceptar.
Pero, arruinarle la vida que tiene ahora y mandarla directo a la cárcel...
No tendría que haberlo dicho tan fácil.
Lo miré con esa idea en la cabeza, y cuando él cruzó miradas conmigo, apartó los ojos sin pensarlo.
Eso me hizo sonreír un poco.
—David, sabes que Luna ahora está con Benoit, ¿por eso respondiste tan sin dudar que la ibas a meter a la cárcel?
David iba a decir algo, pero no lo dejé.
—No me mientas. Si me mientes, no te lo