Misha hizo señas a su hermana que tomara lugar en la mesa, estaba lista y llena de bandejas con todas las exquisiteces posibles.
El teléfono repicaba con insistencia. Su hermana respondía con notoria alegría en su rostro.
-Oh…es nuestra querida Mumi, me tomará unos minutos atenderla Misha…No pongas esa cara de terror…es una chica linda-.
- ¡Pero qué mujer tan perseverante! Es increíble cómo le gusta humillarse a sí misma, mi sobrino no quiere nada con ella-. Misha tomaba la jarra con leche.
Misha hizo un gesto de desaprobación, Mumi insistía en perseguir a su sobrino, por suerte Leonard tenía carácter y firmeza.
-Querida…esperaba tu llamada… Claro que sí…puedes venir a visitarnos, mi hermana se sentirá feliz de verte después de tantos años…Claro…lo recuerdo…Si, si…te esperamos-.
Colgó en seco la llamada ante la mirada de su hermana Misha.
-Deje de querer emparejar a Leonard con Mumi, ella y él son incompatibles-.
-No digas eso, son dos estrellas distantes, pero se pueden acercar uno a