Iris colocaba las llaves en el encendido.
Una mujer robusta corría en dirección a ella.
-Vaya Riss encontrarte es toda una hazaña-.
-Baja de mi auto… ¿Riss? Te he dicho miles de veces que no me llames así-.
-Perdóname Iris…no te enojes, papá fue quien te coloco ese apodo-. La mujercilla reía con diversión.
-Pues no le veo el chiste…Dime que quieres…y vete, tengo mil cosas que hacer-.
-Tú y tus mil cosas, solo quería pedirte que no olvides a papá, siempre pregunta por ti, yo compro cada semana un pastel, chocolates y se los llevo de parte tuya-.
-No deberías hacerlo, si es por los gastos que has realizado, te daré un dinero suficiente, no te aparezcas de esta manera…me asustas-.
-Quisiera ver a Kimi y Rick más a menudo, la última vez fue hace tanto tiempo atrás-.
-Te llamaré para concretar alguna cita, mis hijos viven muy ocupados y no tienen tiempo disponible para charlas y cafecito-.
-Deberían visitarnos en la pastelería, papá sigue siendo excelente en las galletas de coco…bien Riss…