Capítulo 19. El extraño
[CONTINUACIÓN]
—¿Puedes dejar ese bate ahí?
Me aferré más a mi bate de béisbol y negué rotundamente. —¡No hasta que me digas quién eres y qué haces aquí!
—¿Y arriesgarme a que seas una reportera queriendo sacar ventaja de esta situación?
Reí seca. —¿Perdón? Disculpa, pero tu vida no me interesa en lo absoluto.
Enarcó una ceja. —¿Entonces por qué quieres saber quién soy y qué hago aquí?
Buen punto…
Llevábamos más de quince minutos encerrados, tratando de llamar a alguien por teléfono para que nos ayudara, pero ni a él ni a mí nos salía la llamada.
Yo trataba de llamar a Susan; él… posiblemente a un cómplice que le ayudara a ocultar mi cadáver, pero eso era lo de menos.
Caí sentada en el piso de madera, frío y lleno de polvo de aquel lugar; bajé mi arma letal y cerré los ojos, rendida.
Después de todo, ¿para qué quería salir de ahí?
¿Para ver cómo se casaba el amor de mi vida con mi hermana? ¿Para colocarles el lazo de unión a ambos mientras soportaba en silencio el dolor que llevaba en