153. Runas Sangrientas
Remo Costich
Sabía que Demetrio y dos de los guerreros de Adamo habían sido capturados, pero ya estaba muy claro que los vampiros no lo soltarían, por lo tanto nada podría hacer ahí. Ese macho ya estaba muerto en el momento en que pisó tierra que no debía haber pisado, por otra parte, tenían otros dos guerreros que habían capturado y yo solamente tenía a Mario. El consenso estaba dividido, algunos lo querían muerto, otros esperaban una segunda oportunidad, esto me dio mucha curiosidad, porque quienes abogaron por él, eran muchas de sus víctimas, es más, hasta la misma Carmen, la gama de la manada de Tierras Altas terminó por ceder y pedir una audiencia real, en la cual me expresaba su deseo de que le perdonara la vida y le diera una segunda oportunidad, al parecer Mario se había comportado bien. Había cambiado su olor y como si fuera poco había demostrado que estaba cambiando su lealtad.
-te quedarás de pie-dije cuando Mario fue traído a mi presencia más tarde-ahora dime ¿cuáles son l