117. Desconfianza
Adamo
Mario había salido hace un par de horas, Jess había regresado diciendo que teníamos un grave problema, junto a los lobos me indicaron de que el río subterráneo, daba una cascada, la cual no sería de difícil acceso si nos quisieran atacar, ingresando por ese lado. La cascada daba una vista directo a la manada del loco alfa Galager Nigromante, pero había una gran distancia entre ellos y nosotros, lo que más me preocupaba era que esa manada ahora pertenecía a los vampiros. Eso quería decir, que todo ese territorio estaría lleno de vampiros, de manera muy frecuente, vampiros que eran extremadamente celosos, protectores y sobre todo muy rencorosos, ya debería saber quién y cómo era yo y ellos estarían todos a la espera de capturarme vivo.
-trataremos de bloquearla, pero que el bloqueo no se note-dije-de tal forma que pudiéramos ingresar y salir a nuestro antojo, pero no así los demás, necesito ideas-ordene.
-¿dónde está Mario? él es el mejor estratega que conozco-dijo Jess, buscando