106. Atando Cabos
Mario
Crom no me había delatado, me escucho pero no me dijo si me ayudaría. La bruja que estaba acompañándolo me hizo sentir sucio, maloliente y a penas llegue a nuestro lugar, deje las cosas de la bruja en su cabaña y corrí a mi cabaña, a refugiarme en los brazos de Lorena, que si bien aun me tenía miedo, al menos ya no gritaba al verme.
-por favor deja que me marche-me rogaba Lorena como tantas otras veces-cada vez que te marchas los otros empiezan a rondar más cerca de la casa, hasta tocan la puerta para que salga, algún día entraran Mario.
-no puedo, si sales por esa puerta estoy seguro que alguno de los machos te atacara hasta matarte, eso lo puedo sentir. Es por eso que debes permanecer dentro de esta casa, se que te pido mucho, pero es lo mejor que puedo hacer por ahora. La bruja que te capturo no te trajo a mí por la bondad de su corazón. Siento que estás segura en esta cabaña, al menos por ahora-explicaba a mi compañera-solo ten un poco más de paciencia Lorena, lo prometo ser