John
No puedo creerlo, Cassandra y Oliver se encuentran en el Hospital.
La imágen que muestran en la televisión me erizan los vellos de los brazos.
El auto quedó completamente destrozado.
Me sorprende que aún estén con vida, y pese a que los culpables fueron el acoso de los periodistas, no puedo negar que la justicia divina actuó sobre ellos.
Lo lamento demasiado, pero nada puedo hacer, y si pudiera, tampoco lo haría. Porque cada uno tiene lo que cosecha.
Espero que la vida les enseñe a ambos a ser mejores personas, a tener un corazón limpio, lleno de virtudes, y cosas buenas, no uno oscuro, y malvado.
Mi teléfono celular vuelve a vibrar, ahora es Thomas quien me llama.
—Dime.
—Mierda John, ¿Has visto las noticias?
—Si.
—Joder, que desgracia. Ya sabía yo que no saldrían limpios de todo esto.
—Supongo —contesto apagando la televisión.
—¿Estás bien? —pregunta luego de un silencio.
—¿Con respecto a qué?
—A la noticia.
—Si…lo lamento por ellos