Día de la boda.
John abrió sus ojos. La calidez del sol golpea sobre la cortina de su habitación. Había amanecido, y ciertamente, él es la única persona despierta.
Miró a su lado, a Cassandra, quien aún dormía.
Él, no durmió nada. No logró conciliar el sueño como hubiera deseado, pues la ansiedad de todo lo que sucedería el día de hoy, lo tenía angustiado.
No quiere que nadie le tenga lastima. Odia la idea de que lo vean como un pobre ciego cornudo.
Un Anderson jamás muestra sus emociones, menos aún, la debilidad.
El miedo y la vergüenza no existe para ellos. Tan solo la fortaleza y el éxito es el lema de su familia.
Pero hoy, hoy todas aquellas creencias desaparecerán, pues su objetivo es ser visto como una víctima. Un hombre al que le fueron infiel, y para colmo, con su mejor amigo.
Una pesadilla, que ningún ser humano desearía experimentar.
Su único anhelo, es que Cassandra y Oliver vean sus vidas siendo destruidas. Que el mundo entero los vea