Cayendo la noche comenzamos a movernos para ubicarnos en nuestros respectivos puntos.

—¿Fer ubicación?

—Todos en posición Ro.

—Atacamos en cinco…

Una fuerte explosión me hizo callar y al mirar pude ver el fuego expandiéndose, mientras el ruido de una ametralladora y explosiones menores se hacían presente.

—¡¿Qué diablos Ro?! ¿Qué sucede?

—No lo sé, parece que alguien ha tomado la delantera y nos ha dejado fuera del festejo. ¡Sigamos! Hay que cumplir con nuestra misión principal, sacar a Donal de ahí y las demás personas.

Avanzamos sin detenernos, la entrada había sido volada y todos los guardias estaban muertos. Seguimos y mandé a separarnos para hacer la búsqueda más productiva. Yo decidí descender, de seguro abajo estarían los calabozos. Resulto que tenía razón, pero tuve que detenerme al escuchar voces en aquellos pasillos estrechos que comenzábamos a recorrer.

—Ro debe…

Le hice señas de que hiciera silencio y con las manos le comuniqué que había dos personas en el lugar. Me asegur