Sin recuerdo (Reencuentro)

El regreso fue oportuno, los tres hermanos estaban felices de poder regresar juntos, sabían que todo iba a cambiar de un momento a otro, pero no se acobardarían, estarían hay el uno para el otro, los tres eran un equipo invencible. Los niños ni que decir, su felicidad era inimaginable, lo que ellos no sabían es que dos, de los tres adultos, estaban haciendo planes para ya no regresar a Los Ángeles. Frank Soler estaba en la oficina haciendo unos últimos arreglos, la idea de traer a Rebeca a Italia con sus padres "no era nada más ni nada menos" para que se quedara es ese país, ya no quería que estuviera lejos de ellos, aunque él también estuviera con ella en los Ángeles, tenía que reconocer se sentía solo sin su familia, después de todo........... Algún día tenía que regresar.

Además, quería que Rebeca fuera feliz, él sabía muy bien que su hermana del alma extrañaba todo, aunque no recordaba, ese sentimiento de que algo le faltaba siempre estaba en ella, se reflejaba en su mirada. Terminó su papeleo, hizo las llamadas correspondientes para arreglar todo, dio instrucciones a la agencia en los Ángeles, empezaría a manejarla desde Italia, se despidió de sus padres y se fue. Estando dentro del carro, sacó su celular y comenzó a llamar a Rebeca para darle alcance donde estuviera su loca hermana, se podría perder con su adorado sobrino y eso no podía, ni quería pensarlo.

 

Rebeca estaba decidida, tomaría estas vacaciones para despejar su estrés y así estar revitalizada, para empezar a trabajar de nuevo, su vida de madre soltera no era muy sencilla.

— ¿Estás listo mi hermoso bebé? Saldremos a pasear, no recuerdo mucho aunque viví aquí, pero trataré de ser la mejor guía turística para ti mi cachorro.

Caminaron un largo rato enseñándole cada parque, monumento y cosa que se les apareciera, viendo la hora Elías tenía que comer algo antes de regresar a casa.

— ¿Cariño tienes hambre?

 

— Si y mucho

Le contesto Elías, con una botellita de agua en la mano, estaba rosadito de tanto caminar. Ingresaron a una cafetería, tomarían y comerían algo ligero antes de la cena con sus padres.

 

Marcos Graham estaba sentado con un café en la mesa, que ya estaba frío, más frío que su alma sin ella, siempre venía a ver pasar la gente por la gran ventana que la cafetería, tenía siempre, la sensación de que en algún momento vería pasar al más bello ser que hay en la tierra y por fin su dolor acabaría.

 

El celular de Rebeca, comenzó a sonar, revisó quien era y una sonrisa traviesa se vislumbró en su cara. Antes de poder hablar, Frank lo hizo primero

— ¿Dónde están? Rebeca contestó

 

—Yo también te extraño amorcito, pero vas a tener que esperar por esta hermosa mujer

Le decía mientras ahogaba una risita.

 

—¡Tú!

Solo eso logro decir Frank, antes de reponerse, estaba rojo de vergüenza

— Quería saber dónde estaba mi querido sobrino, ya que tiene una cabeza dura por madre y puede que se le olvide por ahí.

 

Rebeca se hizo la ofendida y bufo

— Te recuerdo que esta bellísima madre, es muy cuidadosa con su cachorro, ¡verdad bebé! Rebeca se quedó esperando la respuesta, pero nunca llego, en ese instante se dio cuenta de que Elías no estaba a su lado, se alarmó, su cara parecía arcoíris, que iban alternando del rojo al blanco, en diferentes tonos.

—Tengo que colgar Franck, ya me van a entregar el pedido

Le dijo lo más calmada que pudo

— Te envió la dirección por mensaje

No espero respuesta y colgó Franck no le dio mucha importancia y siguio manejando, iba a cambiarse para recoger a su hermana y sobrino, donde sea que estén. Rebeca parecía una loca, buscando en todos lados de la cafetería, la quedaban mirando sin entender que le pasaba, soltó una bocanada de aire que no sabía que estaba reteniendo, inhalo, exhaló para calmarse al visualizar donde estaba Elías.

 

Se acercó a la mesa, como siempre, con una sonrisa muy bella en su rostro, pero miro a Elías con ojos de preocupación, porque se había ido de su lado, él nunca hacia eso.

— ¡Buenas tardes!

Saludo Rebeca al hombre que estaba sentado con Elías, hizo un corto saludo y se sentó.

—Disculpe si mi hijo lo incómodo, él nunca es así, no le gusta interactuar mucho con las personas, no sé cómo pudo entablar una conversación con usted, puntualizo

 

Marcos quedo petrificado, no podía creerlo, ¡estaba aquí! La tenía en frente, era su amor, era su Rebeca, después de tanto tiempo al fin pudo encontrarla, quería besarla, abrazarla, pero se contuvo al ver esos ojos grises mirarlo con incertidumbre. Al ver, como el hombre la miraba sin decir una palabra, se sintió incómoda, iba a levantarse agarrando a su hijo de la mano y salir del lugar. Pero sintió como su muñeca era secuestrada por alguien, miro hacia esa dirección y se encontró con la mirada de la otra persona, unos ojos dorados, cuál oro, eran bellos, te podías perder en esos orbes. Regreso a la realidad porque Elias se solto de su agarre y volvio a sentar bien.

— Marcos Graham

Se presentó, sin apartar la mirada de Rebeca.

 

Rebeca soltó un sonido de sorpresa al escuchar esa voz, sabía que la conocía, pero ¿de dónde? Logro decir sin trabarse

—Un gusto, Rebeca Vera

Mirando detenidamente esos ojos, no sabía por qué, pero con este hombre sentía seguridad plena, como que lo conociera de toda la vida.

 

Marcos hizo un leve asentimiento con la cabeza, hizo un gesto con su mano para que se sentara. Estaba muy feliz al ver a la dueña de su corazón, al ser que iluminaba sus días, pero también triste, al ver que ella no se acordaba de él

 

Rebeca tomó asiento, trato de entablar una conversación, pero al parecer su interlocutor no hablaba mucho, se contaron cosas básicas, le comento que había regresado de los Ángeles recientemente, que estaba de vacaciones visitando a su familia, sin entender muy bien por qué hablaba con la otra persona, sin ninguna incomodidad.

 

Marcos, escucho todo muy detenidamente, sin acotar nada, quería enterarse con lujos de detalles, todo lo que su amada había hecho en estos años, aunque ella no lo recordara, su corazón seguía intacto, ante el amor que sentía por su mujer. Se removió un poco en su silla, al escuchar como dijo ella que estaba de vacaciones visitando a su familia, su curiosidad fue más grande que su autocontrol y le pregunto el nombre de su familia.

 

—Te apellidas Graham

¿Verdad? Pregunto Rebeca

 

—Sí, comento Marcos.

 

—Bueno, mi familia es de apellido Soler, es dueña de una prestigiosa agencia de publicidad aquí en Italia y los Ángeles

Al mencionar esto, se enorgulleció, adoraba a su familia, aunque sabía que era adoptada, la hacían sentir muy a gusto con ellos, no había distinciones.

— La agencia de mi familia estará trabajando con la tuya, claro que en la sede de los Ángeles, yo hice el proyecto para esa nueva sucursal

Comento de forma casual.

 

Marcos abrió con asombro los ojos, su hermana había estado en los Ángeles por los mismos motivos, pero no le había comentado nada. Si Rebeca se había encargado del proyecto, Eva la había visto. Rebeca movía las manos frente a Marcos, este se había quedado metido en sus pensamientos, no tan sanos.

 

—¡Hey! Mejor nos vamos, creo que estás un poco ocupado con tus pensamientos y no quiero que te interrumpamos

 

Franck estaba por salir de la casa, para poder ir a ver a su hermana y sobrino habían quedado en cenar con Ximena y su familia. Reviso su celular y vio la dirección que Rebeca le había enviado, estaba un poco lejos, así que se puso en camino hacia el lugar.

 

— Disculpa estaba pensando en la agencia de los Ángeles, dijo Marcos.

 

— No te preocupes, me imagino ¿tú que cargo tienes en la empresa?

Le pregunto como si nada, en realidad para ella era así, era simplemente por hacer una conversación, no tenía ningún interés en saber que puesto ocupaba

 

— Soy el presidente de la compañía, hace más de 10 años,

contesto, Rebeca se atoró con su café y lo miro entrecerrando los ojos

 

—Eres muy joven para ser el presidente, no me estás mintiendo ¡verdad!

 

Marcos a estas alturas ya no sabía que hacer, estaba totalmente convencido que era su amada, pero tenía que averiguar ¿qué le paso? ¿Por qué no lo reconoció? Lo peor, ¡no se acordaba de su otro hijo! Él estaba fascinado con el que estaba con ellos, era tan educado y cordial, totalmente diferente a su Joseph, que era un torbellino, como era su amada Rebeca. Tenía que hablar o trataría de hacerlo, quería retener a su amada lo más que pudiera, no la iba a perder de nuevo.

— Papá murió hace más o menos diez años, mi hermano mayor no quiso tomar el cargo de presidente de la empresa, así que lo tuve que hacer yo ¿Estás casada o tienes más hijos?

Soltó Marcos un tanto avergonzado, pero tenía que jugársela, si no estaba perdido.

 

Rebeca lo miro con una media sonrisa en su cara

—No lo sé, solo sé que mi único hijo es él, mi memoria se perdió hace 5 años a causa de un accidente, así que no recuerdo nada del pasado, desde ese entonces los Soler me han ayudado mucho y los considero mi única familia, ya que nadie más me busco nunca o eso parece. Al escuchar estas palabras de Rebeca, se le estrujó el corazón un poco más, el nunca paro de buscarla, obviamente nunca la iba a encontrar, puesto que ella había salido del país. —Y usted señor Grah.......

 

No pudo terminar la frase, ya que él la interrumpió

— Llámame Marcos

 

Rebeca se incomodó un poco, pero volvió a formular la pregunta

—Y tu Marcos, ¿tienes esposa o hijos? Me imagino que si, con esa cara, todas caen rendidas a tus pies

Comento riendo, pero al decirlo sintió un sabor amargo en su garganta, no sabía por qué, así que no le tomo atención y se rio un poco divertida al ver la expresión seria de Marcos.

 

— Si estoy casado y tengo dos hijos Al escuchar esto, Rebeca no supo por qué, pero su pecho dolió un poco

 

— Que bien Marcos no pierdes tiempo.

 

Marcos, al ver su expresión, continuo explicando para que no haya malos entendidos después

— Mi esposa desapareció, antes de tener a nuestros hijos, fue secuestrada, y aún no la puedo encontrar, solo a uno de mis hijos. La mirada de Marcos desendio viendo al piso con tristeza revelada en sus facciones . Rebeca sintió dolor al verlo así, no sabía que hacer para consolarlo

 

— Bueno, estamos prácticamente iguales,

Dijo mientras soltaba un pesado suspiro viendo como Marcos levantaba los ojos del piso

— Tú sin tu hijo y esposa, y yo sin saber siquiera quien es el padre de él

Esto fue dicho casi en un susurro para que Elías no oyera nada

— En fin, el destino a veces es muy cruel, pero, aun así, la vida es bella y mi hijo es mi bien, más preciado, es todo lo que tengo, así que exclusivamente me aferraré más a él, a nadie más

Dijo Rebeca dando un sorbo a su café.

 

Franck mando un mensaje a Rebeca, para que estuvieran esperándolo fuera de la cafetería, si no iban a retrasarse y eso era imposible, a su mamá no le gustaban los retraso. Y ya estaba bastante crecido, como para recibir una paliza o regaños de su madre a estas alturas y por culpa de su loca hermana.

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