Pablo.
El mundo se volvió loco al día siguiente, cuando una fotografía en la que aparecía con Camile en Barcelona se filtró a los medios, y se hizo viral en cuestión de minutos.
Temía por ella, por lo que pudiera estar pensando de mí, pero no tenía tiempo de pararme para avisarla, para calmarla. Tenía miles de periodistas en los alrededores del hotel, y mi mánager no hacía otra cosa que hablar por teléfono junto a mí, mirándome de vez en cuando con cara de malas pulgas.