—Ella está bien, angustiada igual que nosotros, pero la estamos cuidando, y tus hijos son fuertes, siguen agarraditos esperándote —le dijo su madre—. Pero tú ¿estás bien? ¿No te pasó nada? —preguntó separándose un poco para observarlo de arriba a abajo.
—A mí no, mamá, pero Moe está herido. El homb