CUATRO AÑOS DESPUÉS
Charlie se detuvo delante de aquella puerta, pero ya había tomado su decisión y no iba a echarse atrás. Tocó con firmeza y se asomó para ver el rostro curioso de Christopher Moe.
—Hijo, pasa. Ven.
Charlie respiró profundo y se acercó a lujoso escritorio de madera preciosa.
—P