Elisa se volvió hacia él con el corazón lleno de esperanza, pero Moe tenía una condición para seguir con aquello.
—Tú no vas —declaró olvidando todo el protocolo.
—Pero...
—Pero nada. Estás embarazada y tienes que descansar. No les puede pasar nada ni a ti ni a los bebés, porque no quiero que mi