Capítulo 138. La amenaza se cierne.
Enrico salió de la mansión de su abuelo con la adrenalina corriendo por sus venas. Sabía que acababa de declarar la guerra abiertamente, y que las consecuencias no tardarían en llegar. Mientras conducía de vuelta a su propia finca, su mente trabajaba a toda velocidad, tratando de anticipar el próximo movimiento de Ugo.
Apenas entró por la puerta, se encontró con Inés esperándolo en la sala. Su rostro mostraba una mezcla de preocupación y alivio al verlo.
—¿Cómo fue? —preguntó ella, acercándose a él.
Enrico suspiró profundamente antes de responder.
—Peor de lo que esperaba. El viejo bastardo admitió todo. No solo quería matar a Carolina antes de que naciera, sino que también... —hizo una pausa, la ira volviendo a hervir en su interior—. Él fue quien entregó a mi padre para que lo mataran.
Inés ahogó un grito, llevándose una mano a la boca.
—Dios mío, Enrico... ¿Qué vas a hacer ahora? Ese hombre es un monstruo.
Él la miró con determinación.
—Proteger a nuestra familia. Ugo no se quedará