Me quedé dormida junto a Blaire y a Dylan, pero el sueño no me duró mucho, ya que nuevamente fui atacada por las pesadillas que me habían estado atormentando; otra vez estaba en esa habitación, lúgubre y terrorífica, otra vez estaba siendo atacada, otra vez estaba indefensa y el miedo era mi peor enemigo.
Me desperté asustada, temblando y con sudor recorriendo mi cuerpo; abrí mis ojos al mismo tiempo que lanzaba un pequeño gritó que fue sofocado por mis sollozos; sentía asco, miedo, dolor, ira; era un torbellino de sentimientos y sensaciones totalmente peligrosas y angustiantes.
Mis amigos se despertaron por mi gritó y se quedaron quietos al verme llorar de manera descontrolada