55. TEMAS INTERESANTES
La luz del amanecer inundó el estudio por completo, cubriendo todo con un manto de claridad y calidez que las hacía sentir muy bien. Afuera, un lobo aulló en la distancia, recordándoles dónde estaban.
—Eso es cierto —respondió Julieta, asintiendo lentamente—. Pero, aun así, no puedo evitar emocionarme al imaginar cómo serán. ¿Se imaginan un pequeño con la fuerza de un lobo y la capacidad mágica de sus madres?
—Una combinación peligrosa —agregó Antoni, con un destello de humor en sus ojos—. Especialmente si sacan también nuestro carácter. Vamos a necesitar toda la paciencia del mundo.
La risa volvió a llenar el espacio. Pero esta vez era distinta: no solo era la ligereza de un buen momento compartido, sino la alegría genuina de saber que, pase lo que pase y llegue lo que llegue, estarían juntas para enfrentarlo.
—Chicas, hablé con Alex —intervino Julieta con seriedad—. Me llamó llorando porque a Netfis se le ocurrió mandar a publicar y a decir en todas las noticias que yo había muerto