Salió de Ast porque, de veras, aguantar como lo hizo terminó robando la poca energía de que disponía. Se abrazó a Ast y se quedó dormido al instante. Sintió una lengua pasar por su cara. Abrió los ojos y vio a Ast mirándolo fijamente. Se sobresaltó.
— ¿Ast? —preguntó, temiendo que fuese Isis.— Sí, mi Alfa —respondió la loba, moviendo suavemente sus orejas en señal de reconocimiento.— Ast, ¡no puedes tomar el control ahora! ¡Tenemos que enseñarle a Isis primero! —dijo el alfa asustado, sintiendo cómo su corazón latía aceleradamente.— ¡Enséñame a tu lobo, y me iré! —exigió Ast, con sus ojos dorados brillando intensamente en la penumbra.El alfa se transformó rápidamente en su lobo Mat. Su pelaje oscuro brilló bajo