JACKING:
Después de resolver el problema de mi Luna, regresamos los cuatro a la casa de Teka y Aha. Al llegar, vimos a la meiga Rosa jugando con Neiti y Carlos, el chico cazador. Marcus no estaba.
—Teka, Aha, control —les pedí con voz de alfa. —Sí, mi Alfa —respondieron ambos. —Neiti, cariño, ven acá —la llamó Teka, y ella enseguida vino corriendo—. Cariño, ¿dónde dejaste a Marcus? —Mamá, la meiga Rosa le dijo que fuera para su casa —contestó Neiti de inmediato. —¿Ella lo mandó para su casa? —preguntó Teka, apretando los puños. Le puse la mano en el hombro para controlarla. Teka respiró profundamente, intentando contener la tormenta que estaba a punto de desatarse dentro de ella. Aunque su naturaleza era feroz, la presencia de un