8. BUSCANDO EN PARÍS
Puedo oler que hay algo mal en ella y me comunico con Horacio avisándole que esté alerta por si tiene que salir a recoger a Julieta, que se ha quedado afuera en el patio. La podemos sentir. Horacio asiente y se acerca a la puerta, listo para ir por su mitad. Todos percibimos la cercanía de seres sobrenaturales, especialmente de vampiros.
—Bueno, es que no sabíamos que Juli tenía familia que pudiera cuidar de ella, y como el padre nos dijo que vendrían la próxima semana, no hemos hecho ningún trámite. Espérenme aquí, voy por ella —nos dice, dirigiéndose hacia la puerta.
—La acompañaremos. Queremos ver a nuestra sobrina lo antes posible —contesto, porque no vamos a perder de vista a esta mujer. Estoy seguro de que está bajo un hechizo.
Ella nos mira y no dice nada. Salimos a un gran patio donde están jugando todos los niños. Julieta nos ha estado esperando allí, muy cerca de la salida. Sonrío al escuchar cómo su corazoncito salta emocionado al ver a Horacio y confía en él. Me conecto co