129. LA NATURALEZA DE LAS EXTRAÑAS
JACKING:
Su temor se siente casi físico para todos los presentes, y esa intensidad hace que ninguno de nosotros se atreva siquiera a moverse.
—Querida, no te asustes. Somos amigos —se apresura a decir Teka, su voz calmada intentando apaciguar la tormenta de emociones de la mujer—. Ellos te rescataron junto a tu pequeña de la selva.
La desconocida no contesta. Su mirada aterrorizada sigue buscando algo, como si esperara encontrar peligro en alguna esquina. Finalmente, sus ojos chocan con la figura de la pequeña loba dormida en la otra cama. Todo su semblante cambia. Se levanta de repente, casi como impulsada por un instinto primitivo, y carga a la pequeña entre sus brazos, protegiéndola con un gesto que no deja dudas sobre lo que siente por ella.
Nos mira ahora de forma distinta: menos perdida, pero mucho más temerosa. Sus brazos rodean a la pequeña loba con fuerza protectora, como si temiera que alguien pudiera arrebatársela en cualquier momento. Su mirada, al elegir confrontarn