58. A SALVO... POR AHORA
BLAIR
Fue como si alguien estuviese cortando cada pedacito de mi cuerpo para volverlo a juntar.
Y supongo que así mismo se vio al desaparecer de un lado y aparecer como en una nube negra de sombras sobre el lobo que llevaba a la bebé.
Amy descendió con las piernas recogidas, el cabello flotando, los dientes afuera y las garras cruzadas apuntando a la nuca de esa abominación.
Una voz de comando se escuchaba cerca, llamándolo.
Pero este encargo nunca llegaría a su dueño o dueña.
Con un grito de guerra Amy le cortó la cabeza desde arriba, dejando salir la sangre que nos salpicó por completo.
El lobo cayó rodando por la hierba, pero antes de arrastrar a Cynthia, Amy la tomó en brazos y caímos también con fuerza hacia unos arbustos.
Joder, me dolía todo y sabía que luego sería peor, pero entre mis brazos tenía a la bebé y era todo lo que necesitábamos.
“¿Por qué no despierta?”, pregunté mirándola y apartándole el cabello del rostro pálido.
No parecía herida y escuché, con un suspiro de ali