Para Abigail el tiempo se estaba acabando, apenas amaneciera, el mafioso Lukani se la llevaría a una clínica privada para practicarle un aborto, la joven mafiosa se sentía desesperada, no podía permitir que el italiano se lo sacara, ella ya amaba a sus hijos con todos su ser
Sasha ya estaba volando rumbo a Italia, tres aviones privados más llevaban a sus hombres y el gran arsenal que llevaba para volarle la cabeza a todo aquel que se interpusiera en su camino, la familia Montesinos le había facilitado si avión y el había puesto dos más de su propiedad
Lukani permanecia en su despacho, ya le había bajado medio líquido a la botella de Whisky que tenía guardada en un cajón de su escritorio, su mente era un terrible caos, no quería hacerle daño a la mujer que amaba, pero era un mafioso, desde niño fue entrenado para obtener lo que deseaba aunque lo tuviera que arrebatar, nunca se detenía a pensar en los sentimientos de los demás, eso salía sobrando
La noche se hizo eterna para todos, Abiga