Su cuerpo cayó como un árbol talado y se desplomó sobre el mío, haciéndonos caer al suelo.
- ¡Ay!- mi espalda y cabeza chocaron dolorosamente contra el piso y mi pecho se quejó por el peso extra- ¡Levántate!- le grité, pero sus brazos se plantaron a cada lado de mi cabeza y su cuerpo solo se elevó lo suficiente como para verme a la cara.
- ¿Cómo te atreves a hacerme esto? Tú... ¿tienes el valor de darme la espalda y pretender que nada ha pasado? ¿Realmente piensas olvidarme?- su lengua se enredaba y su aliento estaba impregnado de alcohol.
- Estás ebrio...- murmuré con cierta decepción antes de removerme para levantarme, pero en un rápido movimiento tomó mis muñecas y las clavó donde antes estaban sus manos. A cada lado de mi cabeza. Lo miré asustada.
-No. Te lo prohíbo. No te atrevas a alejarme de nuevo ó...- negó con la cabeza lentamente- ¿Es un castigo acaso? ¿Todo esto?- mi corazón se encogió al escuchar el tono herido en su voz.
-Solo debes olvidar todo y seguir adelante...
-Yo n